Ubicado entre las montañas rocosas del Geoparque Arouca de Portugal, un nuevo puente se ha convertido en el puente colgante peatonal más largo del mundo.
Ha tardado dos años en construirse y ha costado 2,3 millones de euros ($2,8 millones). Está previsto que se abra completamente a los visitantes a partir del 3 de mayo, pero algunos residentes locales ya han tenido la oportunidad de probarlo.
Una de las primeras personas en visitar el puente dijo que estaba "un poco asustado" pero que la experiencia fue "extraordinaria".